Uno de los temas abordados en el último Pensions Outlook de la OCDE está de plena actualidad en Chile y en países donde los planes de pensiones juegan un rol importante: el impacto que puede generar en las pensiones el cambio frecuente entre tipos de fondos. En la mayoría de los países con sistemas de pensiones similares al chileno la ley permite a los afiliados cambiar de estrategia de inversión o de administradora de fondos de pensiones. Sin embargo, a menudo los afiliados no cuentan con las herramientas necesarias para decidir, lo que puede conducir a cometer errores en las decisiones de inversión. Existen diversas características de las personas que pueden llevar a tomar decisiones erradas. Entre ellas está el exceso de confianza en las habilidades o criterio personal para tomar decisiones; el efecto “anclaje”, definido como la tendencia a confiar excesivamente en alguna información nueva (por ejemplo, el hecho que una caída importante en la bolsa conduzca a cambiar los ahorros hacia fondos con menos acciones entre sus activos); y el efecto “manada”, fenómeno consistente en que las personas, racional o irracionalmente, copian las decisiones que toma el resto. La evidencia internacional muestra que los cambios frecuentes de fondos a menudo conducen a peores resultados para los afiliados. Por ejemplo, en Chile se observa que durante el período entre 2007 y 2016 existe una correlación negativa entre la frecuencia de los cambios y la rentabilidad de las inversiones y cada cambio estaría asociado en promedio a una caída de 0.6 puntos en la rentabilidad. Evidencia similar se encuentra para Estados Unidos y Suecia. Así mismo, los datos disponibles indican que los cambios entre fondos buscando “ganarle al mercado” también pueden producir malos resultados para los afiliados. En particular, estudios para Estados Unidos y Taiwán sugieren que los individuos que toman decisiones de inversión intentando adelantarse a los movimientos de la bolsa obtienen resultados peores que si hubieran mantenido sus inversiones. Por otro lado, un estudio sobre Chile de la Superintendencia de Pensiones encuentra que desde 2014 el 72% de los afiliados que se cambiaron del fondo asignado por defecto tuvo peores resultados que si no hubieran realizado el cambio. Pero los cambios frecuentes de fondos no solo tienen el potencial de afectar a los afiliados que los realizan, sino que también al resto de los afiliados. En previsión de cambios entre fondos por parte de los afiliados, las administradoras necesitan conservar niveles de liquidez adecuados para realizar los cambios. Dado que el rendimiento de los activos líquidos es en general nulo, altos niveles de rotación entre fondos por parte de los afiliados implican menores retornos para el conjunto de las inversiones. En un caso extremo, si las administradoras no poseen suficiente liquidez pueden verse obligadas a vender activos castigando el precio de estos. Este problema puede verse agravado si, por ejemplo, una caída en la bolsa lleva a un alto número de afiliados a salirse del fondo A, obligando a las administradoras a vender parte de su cartera de acciones a precios bajos y materializando así una pérdida que, con una estrategia de inversión a largo plazo, podría haberse evitado. Para reducir el impacto negativo que los cambios de fondos frecuentes tienen en los ahorros de los afiliados, algunos países ponen límites a la frecuencia de los cambios o permiten a las administradoras que impongan restricciones. También los reguladores aplican restricciones a los tipos de fondos a los cuales los afiliados pueden optar y, en particular, cuando se trata de escoger estrategias o fondos con mayor riesgo. En algunos países las administradoras están autorizadas a cobrar una comisión por cada cambio de fondo. Otro aspecto abordado en el informe se refiere a la necesidad de regular las asesorías financieras sobre pensiones. En particular, se destaca la necesidad de establecer los tipos de asesorías a las que se aplica la regulación, la calificación o formación de los asesores, el tipo de información que estos deben publicar, el deber de diligencia (es decir, garantizar que los asesores actúen éticamente) y las remuneraciones que se cobrará por las asesorías. (Artículo publicado en Boletín Chile-OCDE de Diciembre 2020)
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AuthorMarcelo Soto Archives
January 2021
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